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La traición de Kieran

Continué hundiendo el puñal en su cuerpo, sintiendo cómo la hoja atravesaba los órganos, la resistencia resbaladiza cediendo con cada estocada. Sangre cálida y metálica salpicaba mi rostro, pero no me importaba. Ella no podría amenazarme a mí ni a Kaius nunca más. Nunca más sería controlado por ella...