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La confesión de Thalía

—¿Estás bien? —pregunté, notando cómo favorecía sutilmente su lado izquierdo, la manera cuidadosa en que se movía a pesar de sus intentos de parecer ileso.

—Estoy bien —su tono despectivo no coincidía con el cansancio en sus ojos—. Solo unos rasguños.

—Siempre supe que había algo raro con Thalia —...