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Estrés, carajo

Cuando entré en nuestro dormitorio, Elowen estaba recostada en la cama, con un libro abierto frente a ella. Levantó la vista al verme entrar, y una sonrisa iluminó su rostro, aliviando parte de la tensión que llevaba encima.

—Mira quién ha vuelto temprano— bromeó, dejando el libro a un lado.

Me ac...