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Ya no es presa

Me senté en el asiento de la ventana, viendo cómo las estrellas emergían en el cielo crepuscular. Mi madre había visitado antes, su preocupación por mí casi asfixiante tras enterarse de la naturaleza licántropa de Kaius. Aunque nos habíamos reconciliado, quedaba una tensión no dicha entre nosotras—s...