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Vínculo roto

Paseaba nerviosa por nuestra habitación, ensayando palabras que se disolvían en sonidos sin sentido.

La puerta se abrió y Kaius entró. Llevaba una pequeña caja de terciopelo, su expresión se suavizó al verme.

—Elowen—dijo, mi nombre era una caricia en sus labios.

—Bienvenido de vuelta, Kaius—logr...