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La voz de la reina

A la mañana siguiente, encontré a Kaius parado en la puerta. Llevaba un traje negro hecho a medida que enfatizaba su poderosa figura, luciendo cada centímetro como el Rey Alfa que ahora era.

—¿Listo? —preguntó.

Asentí, alisando mi vestido con manos nerviosas.

—Lo mejor que puedo estar.

El camino...