Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 221: La caída que no pudo detener

El segundo que Natalie cruzó la puerta, todo el oxígeno pareció desaparecer de la habitación. Los ojos de Adam se volvieron fríos como el invierno, sus nudillos blancos contra los reposabrazos de la silla de ruedas.

Natalie captó la hostilidad pero sonrió de todos modos, suave como la seda. —Tu mam...