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No se puede competir

Nuestra rutina había regresado con una suavidad que dolía. Kendell salía temprano a la oficina, y yo había retomado mis clases de yoga en el estudio de la esquina. Aún no podía forzar demasiado mi cuerpo, pero me sentía bien, más fuerte. Por primera vez en mucho tiempo, quería hacer algo por él. ...