Read with BonusRead with Bonus

Fiebre

No podía moverme. Cada músculo de mi cuerpo ardía como si hubiera sido sumergido en fuego líquido. El golpe en el hombro me había dejado con moretones que parecían flores moradas descomponiéndose sobre mi piel, y ahora, para colmo, la fiebre me estaba ganando la batalla. Me sentía débil, mareada...