Read with BonusRead with Bonus

¡No quiero perder a mi hijo!

Harris se quedó paralizado un segundo, viendo cómo la mancha roja se expandía lentamente sobre la tela clara del vestido.

—Llama una ambulancia, mamá —dijo con desesperación.

—Sí, ya llamo —contestó Pamela, visiblemente nerviosa.

—¡Mi hijo, Harris! ¡Está pasando algo! —gritó Layla, viendo la sangre ...