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Enemigo oculto

Guiado por el deseo, Harris comenzó a acariciar a Lucía con vehemencia, mientras devoraba sus labios, necesitaba marcando su territorio y dejar sus huellas en cada parte de su cuerpo.

—¡Eres mía, Lucía! Sólo mía. —susurró a su oído.

—Sí, Harris. Soy tuya, toda tuya —bisbiseó ella entre gemidos y res...