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Capítulo 36 Extrañamente soy...

No puedo detenerme, no puedo evitar devolverle el beso. Sus labios son suaves, cálidos y su beso está lleno de deseo. Me empuja contra la pared y coloca mis muñecas sobre mi cabeza. Gimo mientras no deja de reclamar mis labios.

—Roselyn… Roselyn… —murmura. Mi cuerpo de repente se siente caliente y ...