Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 31 Las promesas están hechas para romperse

Me reí. Lenard nunca había cambiado. Me limpió la salsa de los labios. Sigue siendo el chico dulce que recuerdo. Vi el collar que le regalé. Estiré mi mano y lo miré.

—¿Todavía llevas el regalo antes de salir del país?

—Sí. Porque la persona que me lo dio es alguien muy querido para mí. Esa eres t...