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Capítulo CIENTO VEINTISÉIS

Amelia balanceó el objeto metálico con todas sus fuerzas, golpeando al primer hombre en el costado.

—Él gritó de dolor, tambaleándose hacia atrás, pero el segundo hombre no se detuvo. Se lanzó hacia ella, y apenas logró esquivar su agarre.

Volvió a balancear, esta vez conectando con su hombro, esc...