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El plan perfecto

—¡Detén  el auto!— demandó Cloe alzando su voz, pero el hombre siente tanta cólera que hace caso omiso —¡¡Detente!!— gritó a todo pulmón al ver que por poco se estrellan con una grúa si no fuera porque él alcanzó a desviar hacia la derecha para luego continuar su camino —¿Estás loco? ¿Acaso me quier...