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Desesperados

Dimitri Ivanov destrozó el marco de fotos contra la pared de su apartamento en Moscú. El cristal se hizo añicos, pero la fotografía quedó intacta: Anastasia a los seis años, sonriendo con un diente menos y abrazada a un oso de peluche.

Veinticuatro horas. Su hija llevaba desaparecida veinticuatro m...