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La madriguera de los criminales

Danielle no estaba segura de cuánto tiempo había transcurrido cuando Vladimir redujo la velocidad del auto. Podían haber sido diez minutos, o quizás una hora. Ella estaba demasiado absorta torturándose con lo que sucedía.

Al parecer, habían llegado a su destino, y lo único que Danielle sabía era qu...