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Una tregua

El hospital era un revoltijo de voces apresuradas y de gente entrando y saliendo. Dimitri permanecía inmóvil en medio del pasillo, con la camisa manchada de sangre y la mirada perdida en las puertas cerradas del quirófano.

La sangre de Anastasia. Su hija.

El disparo retumbaba una y otra vez en su ...