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Una ducha

La puerta de la habitación del motel se cerró tras ellos con un golpe seco, y Anastasia dejó caer su pequeña mochila junto a la cama, exhalando con fuerza. Otro día, otro lugar anónimo con las mismas sábanas ásperas y el mismo olor a desinfectante barato.

Pero esta noche se sentía diferente.

La tens...