Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 32: Angela nunca me había abrazado así

—Perdón, todavía estaba medio dormida— murmuró Angela, con voz somnolienta y lenta.

Comenzó a levantarse y, por costumbre, extendí la mano para ayudarla. Pero en el momento en que mi mano se acercó a ella, se estremeció, alejándose como si la hubiera quemado.

Me dolió.

—¿Qué pasa? ¿Tengo espinas ...