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Capítulo 54. Una llamada

Sebastián

El sonido de mis zapatos contra el mármol de la oficina era el único que se escuchaba mientras me quitaba el saco. Me sentía agotado. La reunión había sido un desastre: promesas a medias, acuerdos llenos de cláusulas estúpidas, rostros que sonreían demasiado y hablaban poco.

Y lo peor...