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Capítulo 119. Donde el tiempo no importa.

Viviana

Suspiré ante el beso de mi esposo, me había besado con una intensidad contenida, con las manos suaves en mis mejillas y los labios temblando como si acabáramos de sobrevivir a una tormenta… que, en efecto, lo hicimos. El aplauso de los invitados estalló a nuestro alrededor, pero yo solo...