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¡Vaya susto!

Camila sube a su auto, sale del parking de la prestigiosa empresa de su marido, dirigiéndose hacia la oficina de la inmobiliaria, aunque su corazón está partido en mil pedazos, debe continuar.

En momentos como esos recuerda que su madre le decía que, si se caía un día, se levantara con más ánimo...