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CAPÍTULO 40: LUNA DE SANGRE

El silencio tras la batalla es incierto. Lyra sigue de pie, aunque sus piernas tiemblan y la herida en su clavícula pulsa con cada latido como si un corazón ajeno latiera dentro de ella. Los tres Alfas la rodean sin decir palabra, atentos al menor cambio en su cuerpo, en su respiración, en la energí...