Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO 40

El frío me eriza la piel como nunca, demostrando lo bajas que están mis defensas. Aimara se queja de dolor dentro de mí, el pecho me duele y justo allí está el vacío de mi lazo con mi hermano.

No hay risas, no hay comentarios graciosos, no está su olor, no hay ningún cuervo ni sonido de estos. Lo pe...