




PROMETIDO
Capitulo 5
Susan tiembla, niega con la cabeza mientras mira furica a Mauricio, no puede ser la esposa del Alfa que odia.
Intenta decirle que no, que prefiere recibir esos latigazos, pero un fuerte mareo sacude su cabeza, y pierde el conocimiento, Alfred le pide a sus guardias que la lleven a casa.
El concejo de ancianos de inmediato se acerca al Alfa, no pueden permitir que su líder se case con una loba manchada y además con un hijo que no lleva su sangre.
— El hijo que espera Susan es mío, y le daré mi apellido y lo que merece, les doy mi palabra de Alfa — Mauricio levanta su mano, símbolo de la verdad absoluta de un Alfa.
Duperly no siente ningun tipo de respeto por Mauricio, tenía grandes planes para su hija, pero ser la esposa de Alfa es mucho mejor que de Julián.
Le da la mano delante de todos y le susurra un agradecimiento en su oído, finge una sonrisa hipócrita.
— En la noche iré a tu casa para formalizar el compromiso — Mauricio respondé con un fuerte apretón y se retiraa su casa.
La manada camina tras su líder de regreso a sus viviendas, todos incredulos con el escándalo, creen que Susan era amante del Alfa y de su hijastro al mismo tiempo.
La imagen de Susan se ha manchado para siempre.
Alfred llega alterado a casa, le ordena a la nana de Susan bañarla y prepararla para la noche.
Entra a la habitación de la loba que acaba de despertar debilitada.
— Papá, por favor escúchame.
— Está noche el Alfa Mauricio pedirá tu mano, mañana tendrás la cena de iniciación de reina para casarte en dos lunas, no quiero más problemas.
— No me quiero casar — Susan protesta.
Alfred no responde, deja a su hija en la habitación, sola y sin una réplica a su afirmación.
Susan se tira en la cama y llora, nunca había sido más infeliz como este día.
Mauricio toma una ducha caliente y se prepara para pedir la mano de su prometida, sabe que no sera fácil, pero quiere hacerlo por Susan, ella no merece pagar por una noche de errores.
Se coloca su mejor perfume, arregla su barba, e inclusive se coloca su traje más fino, al verse al espejo sabe que se arregla de más por Susan ¿Siente cosas por ella?
De ser así se sentiría el peor de los traidores.
Llega la noche
Susan se viste y peina como lo ordeno su padre, su nana le prepara un hermoso vestido color rosa.
Alfred sube a la habitación y le da indicaciones sobre la boda que tendrá que aceptar.
— Lo odio, estoy segura que el hizo algo para que Julián me dejara — Susan se arrodilla delante de su padre y le suplica no obligarle a casarse con un lobo que no ama.
— Después de la boda me iré de la manada, no quiero saber nada de ti — Alfred es frío, no es el padre amoroso que cuidaba de su princesa.
— ¡No me quiero casar con el!— exclama mientras agarra a su padre del brazo y le suplica que le responda su petición.
— Si en algo aún me quieres, regresame el honor que me quitaste, si quieres a ese bastardo dale un Alfa como padre, no un padre tan bastardo como el.
Alfred está herido, su hija le quitó lo más importante por encima del dinero y de ella, Su honor, sabe que siempre tendrá que carga con el título del padre de una mujer que se embarazo antes del matrimonio.
Ante los ojos de los demás lobos y del concejo, lo que hizo Susan es fracaso para el.
Susan se limpia las lágrimas y decide bajar a la reunión rápida que se organizó en su casa, se quita el anillo que Julián le regaló y lo lanza en el suelo.
La loba baja donde Mauricio y el Concejo la esperan reunidos.
El Alfa le pide hablar un momento a solas, ha decidido contarle la verdad.
— Yo dije que soy el padre de tu hijo porque es... — Mauricio es interrumpido por una grosera Susan que no lo deja terminar.
— Porque te conviene, supongo que quieres sacar provecho de mi situación como lo hiciste hace años con la madre reina, pero te quiero dejar claro que yo no seré tan ingenua como ella.
Susan gruñe y regresa al centro del salón, donde el concejo aprueba el compromiso.
Mauricio le coloca el hermoso anillo de diamantes que eligió para la ocasión.
— Me casare con Susan Duperly, doy mi palabra de Alfa — Mauricio coloca el anillo en el dedo índice de la joven loba.
Susan espera que el Anciano del concejo encargado del ritual apruebe la petición de mano.
— Serás nuestra futura reina — dice mientras pide un aplauso.
Susan le da un empujón al Alfa Mauricio, sus ojos se llenan de lágrimas y decide subir a su habitación para encerrar a llorar.
— Mañana necesito que Susan y Mauricio lleguen a mi casa, haremos firmar las promesas de Susan cómo nuestra reina — pide el anciano para interrumpir el incómodo momento que acaban de vivir.
Susan rompe varias cosas de su habitación lanzandola por los aires, un espejo cae y se corta un poco la mano.
Lo odia, Mauricio es lo peor que le puede pasar, toca su abdomen, su bebé es lo único que le queda, los dos lobos de su vida le han fallado, Julián y su padre, su bebé es ese faro de luz que nunca va a soltar.
Agarra del suelo el anillo de Julián y se quita el anillo de compromiso que le dio Mauricio.
Decide meterlos en halajero con llave, no verlos nunca más.
— Nunca caeré en tu trampa Mauricio Black, nunca te perdonaré Julián Brown — Susan hace un juramento mirando a la luna y le pide a la diosa Selene fuerza para no volver a amar de nuevo.