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27.

—Esto es solo el comienzo muñeca, déjame ser quien te enseñe que el amor y el deseo no son la basura que crees, déjame ser yo quien se convierta en tu pecado. —

Emma se estremeció sintiendo cada parte de su cuerpo vibrando. Su feminidad, se apretaba firme, regalándole espasmos placenteros que le de...