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36. El inicio de un tormento.

La casa se había llenado de hombres, y Ana no pudo evitar sentirse incómoda. Luis y Johan habían contratado un guardaespaldas para cada uno y el de Ana era un hombre alto, de gesto huraño que parecía estar siempre de mal genio y cuando ella le ofreció limonada la rechazó decentemente.

Johan estaba ...