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35. El peligro que acecha.

Albán se recostó en el marco de la puerta, el joven que estaba sentado frente al escritorio parecía temblar y él se lo quedó mirando fijamente.

— No señor — dijo, de verdad la voz le temblaba — no he logrado encontrar la dirección de la casa del científico, solo el laboratorio donde trabaja, lo he ...