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17. Sin pensar en las consecuencias.

Ana se acercó a Daniel despacio e hizo mucha fuerza de voluntad para mirarlo a los ojos y no a los firmes pectorales que tenía tan cerca que solo era cuestión de levantar la mano para poder tocarlos, pero se contuvo.

— Comelo que se derrite — le dijo y Daniel le dio un mordisco a la paleta.

— ¿No ...