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FUEGO

CAPÍTULO 18

Aquella loba lloraba desconsolada.

—Me prometió que si me entregaba, sería su Luna.

La abracé. No sentí rivalidad entre nosotras porque en ese instante comprendí la clase de maldito que era Zeus. Un imbécil que había jugado con mis sentimientos y los de Fernando para su propio benefic...