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Capítulo 48

—Hola tía —saludó Ema alegremente mientras el teléfono descansaba entre su oreja y su hombro, mientras sus manos se ocupaban de desempacar su caja.

—¡Emalinne! —llamó su tía un poco más contenta que de costumbre. Sólo habían pasado días desde la última vez que supo de su sobrina, pero a ella le par...