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Epílogo

Meses después

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Cuando amaneció, Melina de verdad no tuvo ganas de despertar en lo absoluto. Gruño en señal de protesta, pero supo que tenía que hacerlo.

Hoy era el día.

Así que se desperezo poco a poco, se sentó en la cama y estiró su cuerpo lo más cuidadosa que pudo. Estaba embarazada de ocho ...