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CAPÍTULO 33

Sibel lavó su cara varias veces mientras su mente se volvía loca. Tenía más de cinco minutos en el baño, y en cuanto tomó un toallin para secarse, uno de los hombres, sin importar, entró al lugar para buscarla porque ya sospechaba de ella.

—Señorita Sibel… ha tardado demasiado… —Sibel tomó el aire y...