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CAPÍTULO 76 ERES MI REDENCIÓN

ERES MI REDENCIÓN.

Alana abrió poco a poco sus ojos, y lo primero que vio fue esa mirada, pero esta vez con una sonrisa natural.

—Buenos días…

Ella sonrió también, y le dio una caricia en la mejilla.

—¿Espías mis sueños?

—Por supuesto. ¿Esperabas menos? —Alana negó y luego recibió un beso en la...