Read with BonusRead with Bonus

CAPITULO 148

Willow solo gimió, no respondió ni cuestionó más al anciano. Aurelius abrió bien las piernas de la concubina y comenzó a chuparla nuevamente. Con sus dedos gordos forzando para entrar en su sexo, ella empezó a apretarse, pues sentía que él no ponía solo tres dedos, sino toda su mano.

“Me vas a ...