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FIESTA NOCTURNA.

—¿Entonces estás sola?

—No, vengo con... Con mi esposo.

—Ya decía yo que algo malo debías tener.

Ella rió un poco, tomó el último sorbo de su tercera bebida.

—¿Y tú?

Preguntó ella.

—Pues estamos igual.

—¡Oh! Vienes con tu esposa.

—No vengo por cuestiones de trabajo.

—Ahh.

Hayami sintió un poco de p...