Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 38

Estoy a punto de saltar de mi puto asiento, o mejor dicho, de caerme de él cuando suena el teléfono. Al principio, no sé de quién es el teléfono ni me importa. Cuando no deja de sonar y nadie lo coge, me doy cuenta de que es el mío. Con un gruñido para mis adentros, me lo llevo a la oreja y contesto...