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31. Deberías tener miedo

No estaba mirando a Harry a los ojos, estaba demasiado ocupada apreciando la forma en que su camisa se tensaba contra sus músculos. Tener sus brazos sobre su cabeza estaba haciendo maravillas para mi vista.

—Oh —jadeé cuando Harry bajó la cabeza para besar debajo de mi oreja derecha—. Te estoy escu...