




Atraído por ella
Mauricio
Luego de haber llevado a Carla y Gabriela hasta su casa, quise pasar a saludar a mis padres no quiero que piensen que me he olvidado de ellos simplemente porque decidí vivir en el apartamento que me compre hace dos meses.
—Pero mira nada más a quien tenemos por aquí, al soltero más cotizado del momento —comenta mi hermana Camila dándome un fuerte abrazo.
—No exageres solo hace unos días me cambie —le dejo saber.
—Hola Daniel que tal como estas —lo saluda mientras nos acomodamos en la sala de mi casa.
— ¿Mis padres? —Pregunto insistente.
—Están en el despacho con Cristian terminando de organizar los últimos detalles para el lanzamiento de mi nuevo libro, que promete ser una maravilla y espero que ese día nos acompañes —me advierte.
—Cuenta conmigo —le informo.
—Y tú también puedes venir si quieres Daniel —le comenta
—No sé si será buena idea, no quiero tener ningún tipo de rose con tu esposo —trata de explicarle ya que Daniel fue novio de mi hermana y a Cristian no le agrada mucho que esté cerca de ella.
—Le puedes decir a mi cuñado que esté tranquilo, porque a este ya le pusieron la correa —bromeo.
— ¿Conseguiste novia? y cuando estamos a punto de contarle a Camila los nuevos acontecimientos llegan nuestros padres con mi cuñado que no mira con buenos ojos a Daniel, pero lo disimula perfectamente.
—Hijo de mi vida felicidades por ese reconocimiento que te dieron en el congreso, siempre he sabido que eres el mejor sin ánimo de ofender —comenta por Daniel.
—Nosotros nos retiramos estamos recién casados y por la editorial el tiempo que nos queda es muy poco así que aprovechamos las noches —nos dice Cristian.
—Lo entenderás cuando te cases –se expresa Camila con un tono burlón que no comprendo.
—Hijo me siento tan feliz por ti, de tus logros, de todo lo que has conseguido, nunca te he engañado tú lo sabes, a mi me hubiera gustado que estudiaras una carrera con referente a los negocios de tu familia, pero tú te decidiste por la psicología hoy reconozco que fue lo mejor porque seguiste tu corazón, eres un hombre exitoso y por eso te has convertido en mi mayor orgullo, porque luchaste por lo que querías digno de los Lescuyer —escucho a mi papá mientras me da un fuerte apretón de manos.
—Gracias pa, siempre trato de dar lo mejor de mí, al igual que mi gran amigo de la infancia —señalo a Daniel ¿Creen que nos podríamos quedar esta noche aquí? —pregunto.
—Eso ni se pregunta, aunque ya no vivas aquí, esta sigue siendo tu casa y te puedes quedar cuando quieras —responde con una sonrisa mi mama, se que a ella le encanta cuando me quedo en casa, por ahí dicen que para los padres sus hijos siempre serán como niños y lo digo porque al ingresar con Daniel a mi habitación, la encuentro como la deje, si no fuera por el cambio de sábanas que se le hizo estaría todo igual.
—Dany voy a prepararte el cuarto de huéspedes, cuando esté listo yo te aviso —está bien, señora Roxana —contesta Daniel mientras mi madre se retira dejándonos solos.
—Hey… ahora que no hay nadie merodeando por ahí, que tal la tardecita de hoy estuvo ¿increíble verdad? —pregunta sin titubeos y solo lo observo detenidamente.
—Incómoda diría —comento no tan contento.
—Me imagino. Y de verdad que es una lástima que sea tu paciente, porque está bien bonita, así como a ti te gustan —me deja saber.
—Sabes, eso es lo que más rabia me da. No sé que tiene Gabriela que me desconcierta un poco y no halló ni un minuto, en que no pueda sacármela de mi cabeza me ¿entiendes? —intento explicar.
— ¿Te sientes atraído por ella? —pregunta sin anestesia dejándome pensativo por unos segundos.
—No sé. Solo me parece linda, Gabriela es una chica que ha sufrido mucho Daniel y cuando estoy a su lado, me entran unas enormes ganas de protegerla para que sus miedos no la lastimen nunca más —le soy sincero.
—Mauricio esto se está poniendo de otro color, tu solo dime y yo continuo con su caso —me expone y sé que tiene razón al preocuparse.
—Tranquilo ante todo soy un profesional y nunca trataría de aprovecharme de su vulnerabilidad —le explico con un nudo en la garganta y francamente no sé si me estoy engañando a mí mismo.
— ¿Estás seguro amigo? Mira que me siento un poco responsable, por estar pensando en mis sentimientos, no medí las consecuencias de lo que implico la salida de hoy –se cuestiona y trato de tranquilizarlo.
—No te preocupes, que no ha pasado nada, pero ahora que hablas de consecuencias ella me dijo algo que me dejo un poco pensativo —le confieso abiertamente.
— ¿Qué fue eso que te dijo? —indaga.
—Que había soñado conmigo y en dicho sueño, siempre me he comportado como un caballero. Pero lo más curioso de todo esto, es que sentí que se moría por mí, porque me quedaba mirando de una forma muy especial que me hacía sentir un poco extraño –le explico detenidamente.
—Te comprendo y creo que nos estamos enfrentando a un posible caso de trasferencia, por lo general esto siempre sucede con este tipo de pacientes que se están enfrentando a ciertos problemas en su vida y que necesitan de afecto, pero esto se puede resolver fácilmente siempre y cuando mantengas la distancia con ella y no le permitas que se cree confusiones en su mente —me informa y acepto.
—Tratare de manejar esto de una forma prudente y pondré límites cada vez que tenga consultas con ella —le aclaro y aunque lo dude se que tiene la razón.
—Es lo mejor, y te aseguro que no se va a volver a repetir, la dichosa salida de 4 —me deja saber.
Esta situación no es fácil, pero creo que será lo mejor, no quisiera hacerle daño a Gabriela, me gusta pero su salud mental está primero, tengo que comportarme como un profesional y no dejarme llevar por estas emociones que estoy sintiendo, Daniel tiene razón en todo lo que me ha dicho, además que una relación entre psicólogo y paciente no solamente le afectaría a ella sino también a mi carrera, y mi prestigio mi ética quedaría prácticamente tirada por el piso, en mis seis años de experiencia jamás me imaginé que esto me podría pasar a mí, y mucho menos cuando hace poco corte con mi novia de tres años, pero ahora es cuando debo mantenerme firme y tratar de no mezclar los sentimientos por el bien de mis pacientes.