Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 89.

Maximilien estaba profundamente emocionado, una gran carga se le había quitado de encima, quiso permanecer al lado de Helena, pero los doctores no se lo permitieron.

—¿Pero por qué no despierta Doctor? —Preguntaba el insistentemente.

—ella está muy débil, Señor Baker, la operación debe continuar, por favor salga de aquí —le pidió el médico.

—¿Pero se va a recuperar verdad?, ¿Ella y mis hijos estarán bien cierto? —Cuestionó con bastante preocupación.

—lo peor ya pasó, pero todavía necesitamos ver cómo evolucionan los bebés, así que por favor déjenos hacer nuestro trabajo, el tiempo es apremiante en este tipo de situaciones —comentó el médico.

Maximilien asintió, sabía que necesitaba calmarse y permitir que los doctores pudieran trabajar en paz, así qué le dijo algunas cuantas palabras de aliento a Helena , le dio un beso en la frente, la miró con infinita ternura y segundos después abandonó el quirófano para dirigirse hasta la sala de espera, donde ya se encontraban Carolina y los abuelos.

—por Dios, no es posible que no nos digas lo que está pasando con Helena , si no es por Hanna no nos hubiésemos enterado de lo que está pasando —le recrimino Carolina.

—lo siento mucho, pero no tenía cabeza para nada, Karen y Michael se enteraron porque la asistente se los dijo, por favor perdóneme por no llamarlos —se disculpó.

—vamos a calmarnos, por ahora eso ya no es importante, ahora lo que necesitamos saber es cómo se encuentra ella, ¿y los niños como están? —Preguntó el abuelo.

—lo peor ya pasó, pero estuvieron a punto de morir —les informo con lágrimas en los ojos.

—¿Pero ¿cómo puede ser posible?, Mi hija estuvo a punto de morir y no me lo dijiste —reclamó Carolina completamente fuera de control.

Maximilien permaneció en silencio, sabía que lo que su suegra le estaba diciendo estaba completamente justificado, pero él sólo estaba pendiente del estado de su mujer, nada más le importaba. Por su parte Carolina, estaba deshecha, no hacía más que llorar, pensando una y otra vez que hubiese sucedido si la vida hubiera decidido arrancarle a su posición más preciada, su querida hija a la que acababa de recuperar.

—tranquila hija, por fortuna ella está mejor, y estoy segura que los niños también lo estarán —intervino Victoria.

—los doctores están terminando de operarla, tuvieron que hacer una cesárea de emergencia, y supongo que los niños tendrán que ingresar a la incubadora, ya que nacerán fuera de tiempo —explicó.

—¿Pero cuando vendrán a decirnos algo? —Preguntaba la madre de Helena .

La espera estaba resultando interminable, pero por fin, tendrían la respuesta que tanto estaban necesitando.

—Señor Baker, por fortuna logramos estabilizar a la señora Helena , y los niños pudieron nacer con vida, pero su estado es delicado, veremos cómo evoluciona en las próximas horas, después de hacer los controles los ingresamos a incubadora, esperemos que todo salga como esperamos —explicó el doctor.

—Haga todo lo que esté a su alcance, Doctor, por favor se lo suplico, gracias a Dios que Helena está bien, ¿crees que sea posible ver a mis hijos? —Pidió el con vos suplicante.

—por ahora será mejor esperar, la señora está en la sala de recuperación y los niños están en monitoreo constante, le aviso en cuanto pueda ingresar a los cuneros —dijo.

—te dije que todo estaría bien, ellos son muy fuertes —lo consoló Matt.

—gracias por todo tu apoyo, viejo, tu compañía y tu fortaleza han sido invaluables para mí en estos momentos, a ustedes también, chicos, ahora deberían ir a descansar —sugirió.

—yo no pienso moverme de aquí hasta que Helena despierte y sepa que todo estará bien—dijo Karen con determinación.

—señora Carolina, por favor, necesito que me perdones, no quiero estar mal con ustedes, sé que debí avisarles, pero no pude hacerlo y quiero que lo entiendan —se justificó.

—no hay nada que perdonar, hijo, siento mucho haberte hablado de esa manera, pero es que tienes que entender que Helena para mí es lo más importante, y si algo le sucede mi vida se terminaría —contestó ella.

Ellos se abrazaron y en gran medida eso fue un bálsamo para el corazón de Maximilien, quien ya se sentía bastante afligido como para también traer una carga de esa magnitud encima, pues sabía perfectamente la importancia que su madre y sus abuelos tenían para Helena , y lo menos que desearía sería estar enemistado con ellos. Poco después, Gregory, Ema y Billy se presentaron en el hospital, la noticia del parto de Helena se había regado como pólvora, al ingresarla al hospital de inmediato los medios dedujeron que se trataba de algo referente a ella y a su embarazo, así que la noticia estaba en los principales medios de comunicación, y así fue como se enteraron, por lo que sin perder tiempo se presentaron en la clínica para hacer acto de presencia. No les importaba en absoluto la salud de Helena , pero sí el bienestar de su dinastía, y los bebés, eso representaban para ellos, la posibilidad de qué los Baker siguieran extendiéndose.

—no puede ser, allí están los odiosos Baker —exclamó Karen arrepintiéndose al instante de lo que había dicho.

—lo siento, Maximilien, no quise decir eso, pero es que esa gente le ha hecho tanto daño a mi amiga que no tendrían por qué estar aquí —dijo en voz baja.

—tienes razón al pensar así, Karen, y te prometo que si empiezan a comportarse de manera imprudente yo mismo les pediré que se vayan inmediatamente, pero por ahora no quisiera preocuparme por esas cosas, estoy demasiado abrumado —reconoció sinceramente.

—Enhorabuena, hijo, acabo de enterarme, y como siempre tuve que hacerlo por los medios de comunicación, porque no fuiste capaz ni siquiera de avisarnos —recriminó Gregory.

—¿a eso viniste?, ¿A reclamarme?, Porque si es así, les pido que por favor se retiren, las cosas están bastante tensas aquí como para intensificarlas aún más con sus comentarios absurdos y malintencionados —le soltó sin ningún reparo.

—tienes razón, no es momento para reclamos, buenas noches a todos —saludo sin mucho afán.

Todos contestaron el saludo, pero con desgano, entonces Ema avanzó y le dio un abrazo a su hijo, podía ver en su cara lo afligido que se encontraba, y por primera vez, la mujer tuvo un gesto amable hacia su persona.

—¿Cómo están tu mujer y tus hijos mi amor? —Preguntó.

—Helena está en recuperación, y se llevaron a los niños a la incubadora, siento decir esto, Mamá, pero espero que no hayas tenido nada que ver con la visita de Diana a mi esposa —.

—claro que no, jamás haría eso y lo sabes, y si en el pasado ayude a Diana, fue porque pensé que era lo mejor para ti, pero ya no lo creo —le dijo.

—¿Cómo pudo pasar esto?, Ella estaba muy bien —pregunta Gregory.

—todo parece indicar que Helena recibió un disgusto muy fuerte, señor Baker—informó el abuelo Max.

—Veo que aún no nos han presentado, soy el padre de Maximilien, ¿usted debe ser el abuelo de Helena ? —Dijo.

—Así es, y ella es su madre, y la señora es mi esposa y abuela de Helena —contestó con orgullo.

—Tenemos que reunirnos, es importante que las familias se conozcan, pero ya habrá tiempo, así podremos celebrar la recuperación de mi nuera, y la llegada del mundo de nuestros hermosos nietos —puntualizó.

El tiempo pasaba, pero aún no tenían ninguna novedad, la tensión podía respirarse en el aire, ya que las dos familias tenían conocimiento de cómo se habían desarrollado las cosas entre Helena y Maximilien.

—ya puede pasar a ver a la señora, y poco después podrá ver a los niños, si gusta acompañarme por favor —se escuchó la voz del doctor.

Eso había despertado una profunda alegría en todos los presentes, y de inmediato, Maximilien se apresuró a acompañar al doctor para ir a ver a su esposa. Ingresó a la habitación, y allí estaba ella, se veía bastante cansada, con grandes ojeras y la piel pálida, no obstante, en cuanto vio que su marido llegaba, esbozó una cálida sonrisa.

—mi amor, viniste, estoy feliz de verte —dijo ella débilmente.

—amor mío, gracias a Dios que ya estás bien, estaba que me moría del miedo de qué algo pudiera pasarte, te amo tanto —contestó el entre lágrimas.

—no ibas a librarte tan fácilmente de mí, como puedes ver, aquí estoy, el doctor me dijo que nuestros hijos se están recuperando, ¿ya los viste? —Preguntó.

Él se acercó para besarla tiernamente, no podía parar de llorar, él siempre había sido tan fuerte, pero ese momento todas las fortalezas se derrumbaron frente a ella.

—mi vida sin ti se acabaría, Helena , no hay nada si tú no estás, mi amor, tuve tanto miedo, por primera vez en mi vida me sentía perdido —exclamó entre sollozos.

—yo nunca podría dejarte, mis hijos y tú me necesitan, y sólo por eso regresé, y ahora abrázame por favor, no quiero que te pongas mal, el peligro ya pasó mi amor, estoy aquí contigo, siempre contigo —señaló ella.

Él se quedó junto a su cama, abrazándola, respirando la dulce fragancia de su cabello, agradeciendo tanto a Dios por haberle dado la oportunidad de qué su adorada Helena pudiera recuperarse. Y cuando ella se quedó dormida, él salió despacio de la habitación, y fue directamente a los cuneros donde se encontraban sus hijos, eran tan hermosos, dos niños y una niña, parecían tan indefensos, tan frágiles, pero veía como se aferraban a la vida, luchando con todas sus fuerzas para salir adelante y sobreponerse. Su corazón se llenó de felicidad, y en ese momento se dio cuenta qué el amor de un padre hacia sus hijos era único, y se prometió hacer todo lo que estuviera en sus manos para que esos seres maravillosos que la vida les había regalado pudieran ser completa y absolutamente felices.

Previous ChapterNext Chapter