




Capítulo 70.
El médico se acercó para brindarles información acerca del estado de salud de Helena , Maximilien estaba fuera de control, y completamente desesperado por enterarse cómo se encontraba ella.
—por favor doctor, dígame que ella está bien —dijo.
—por fortuna logramos estabilizarla, pero corremos el riesgo de qué si no se trata correctamente y no guarda el reposo adecuado, tanto ella como los niños corren un grave peligro —le informó.
—no puede ser, ¿pero cómo pudo suceder esto?, ella estaba muy bien cuando la dejé —Gritó completamente enfurecido.
—según lo que me dijeron, Helena se asustó mucho por alguna razón, desconozco qué fue lo que pasó, hijo —intervino el abuelo.
A Maximilien le costaba mucho trabajo controlarse, pero haciendo un esfuerzo sobre humano, trato de conservar la calma por Helena y por sus hijos, no era momento de desesperarse, pero en el fondo tenía el presentimiento de qué todo aquello se debió a una negligencia de Stuart.
—¿Y dónde estaba el doctor cuando todo esto sucedió? —Seguía preguntando.
—no lo sé, cuando nosotros llegamos él había llamado a los servicios médicos, y estaba acompañando a Helena a la ambulancia, luego nos informó que Carolina había despertado, y entonces pues que Victoria y yo decidimos dividirnos —le explica.
—que extraño, me parece muy raro —exclamó.
— Ya, Maximilien, entiendo cómo te sientes, pero en este momento lo importante es que Helena se recupere, después investigaras lo que sea necesario —sugirió Karen.
Michael intervino para tratar de tranquilizar a Maximilien, pues entre hombres entendían mucho mejor, él estaba a punto de perder los estribos y era mejor que él hiciera algo para que él mantuviera la calma.
—esto no me gusta nada, Michael, ese médico no me da buena espina, y pienso que puede ser capaz de cualquier cosa para conseguir sus propósitos, incluso poner en riesgo a Helena y a Carolina —dijo.
—si te soy honesto, pienso que tienes razón, pero por ahora lo mejor es estar tranquilos, no ganamos nada con exaltarnos —le aconsejó su nuevo amigo.
En unos cuantos minutos, el doctor volvió a salir para darles nuevas indicaciones, les explicó que ella estaba descansando, que habían logrado estabilizarla, pero que era necesario que se quedara en el hospital para mantenerla monitoreada a ella y a los niños.
—Señor Baker, será necesario que la señora Helena permanezca aquí hasta que consideremos que el peligro haya pasado —le dijo.
—haremos lo que usted considere necesario, doctor, pero le suplico que me permita entrar a verla —.
—por supuesto, pero solamente podrá ingresar una persona, y serán sólo cinco minutos los que se le pueden autorizar, trate de qué no se agite, no la canse, por favor —indicó.
El asintió, y se dirigió a la habitación de cuidados intensivos donde se encontraba ella. Recién había despertado, se encontraba pálida y un tanto asustada, en cuanto lo vio, las lágrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas, salían a borbotones, puesto que sentía un miedo atroz de qué algo malo pudiera sucederle a sus bebés.
—mi amor, estás aquí, pensé que no volvería a verte, pensé qué mis hijos y yo moriríamos —dijo ella débilmente.
—jamás vuelvas a decir eso, por favor, Helena , tú y mis hijos estarán muy bien, sólo debemos tener cuidados especiales, al parecer sufriste una impresión muy fuerte que te llevó a todo esto, pero por ahora no hablemos de eso, tienes que estar tranquila —contestó.
—dime que mis hijos están bien, por favor dime que no me están mintiendo —le pidió con voz suplicante.
—jamás me atrevería a mentirte, tanto los bebés como tú están estables, pero no te voy a engañar, necesitas guardar reposo y hacer todo lo que el médico te diga para que puedas llevar a término tu embarazo —le informa con mucho pesar.
Ella no paraba de lamentarse, lloraba sin parar, la abrazaba con mucha ternura demostrándole en todo momento que la amaba en forma incondicional y que jamás la dejaría sola. Por otra parte, Carolina seguía recuperándose satisfactoriamente, era un verdadero milagro que ella pudiera estar con vida después de tantos años sumida en aquel terrible letargo.
—no puedo creer todo lo que me pasó, lo que me cuentas es como una historia de horror, madre, me dijiste que mi hija estaba siendo atendida por un médico, ¿le sucede algo a ella? —Pregunta con un genuino interés.
—necesitas procesar toda la información poco a poco, hija, no puedo decirte mucho por ahora —contestó su madre bastante apesadumbrada.
—por favor, Mamá, no quiero seguir perdiendo mi tiempo, han sido años en esta maldita cama, necesito saber de Helena, díganmelo o tendré que levantarme de esta cama y averiguarlo por mí misma —exclamó con autoridad.
—Helena está embarazada, y al parecer hubo una complicación, pero tu padre me dijo qué está fuera de peligro y muy pronto vendrá a la casa y podrás verla —señaló.
—mi niña, está embarazada, cuantas cosas me he perdido, me preocupa no poder recuperar el tiempo, pero pondré mi vida entera, mi alma para que ella pueda encontrar en mi a la madre que tanto necesito durante todos estos años —dijo visiblemente emocionada.
Las lágrimas empezaron a brotar de los bellos pero apagados ojos de Carolina, le dolía despertar tantos años después, pero también guardaba en lo más profundo de su corazón la esperanza de poder estar junto a su hija, abrazarla y decirle cuánto la amaba. Los días pasaban, y por fortuna Helena seguía recuperándose satisfactoriamente, pronto los médicos consideraron que ya era tiempo para darle de alta siempre y cuando llevará al pie de la letra las instrucciones que le había dado para que el embarazo pudiese llegar a feliz término. A la habitación llegaron muchas visitas, entre ellas Bianca, quien necesitaba aparentar en todo momento que estaba interesada en la salud de Helena .
—prima, te ves terrible, el embarazo está acabando contigo —comentó soltando todo su veneno.
—estoy convaleciente, Bianca, y si no tienes algo amable que decir, será mejor que te retires —contestó ella a la defensiva.
—no te alteres, mira que eso no te hace bien, ni a ti, ni a tus hijos, supe que tu madre despertó —dijo de repente dejando a Helena completamente impactada.
—¿Qué dices? —Cuestionó con un profundo interés.
—Oh, lo siento, ¿entonces nadie te lo había dicho?, Son tan egoístas, debieron informártelo, así tendrías un motivo más de alegría, un motivo más para salir de aquí —expresó con ironía.
Ella no pudo contener el llanto, era un momento muy impactante, jamás imaginó escuchar algo así, esperaba que el proceso fuese progresivo, por lo que un conjunto de sentimientos encontrados empezaron a invadirla. Bianca quería seguir atormentándola, pero en ese preciso momento, Maximilien hizo su aparición justo a tiempo.
—amor, Bianca dice que mi madre despertó, ¿es eso cierto? —No puede evitar preguntarle.
Él miró a Bianca echando chispas por los ojos, pues definitivamente había cometido una gran indiscreción, el médico había prohibido terminantemente darle noticias que pudiesen exaltarla o provocarle emociones que a su vez pudieran perjudicar a los bebés.
—quiero que estés tranquila, cariño, yo mismo te lo contaré todo, pensábamos decírtelo ya que salieras del hospital, pero veo que alguien se adelantó—inquirió bastante enojado.
—lo siento, no era mi intención, yo no sabía —dijo Bianca tratando de justificarse.
—te agradecería que pudieras dejarnos a solas a mi mujer y a mí, el doctor dijo que no podía recibir muchas visitas —contesta sin ningún reparo.
—Deseo que te recuperes pronto, prima, iré a visitarte a la casa de los tíos, ¿porque supongo que seguirás ahí? —Soltó tratando de seguir esparciendo su veneno.
—Helena es la nieta legítima de los Adams, y estará allí hasta que ella lo considere necesario, no necesita pedir permiso a nadie para eso —contraatacó Maximilien.
Bianca no se esperaba ese ataque tan directo hacia su persona, por lo que salió de la habitación con cara de indignación.
—Por favor, cariño, explícame qué está pasando, y no quiero que me ocultes nada —solicitó ella.
Él se acerca para abrazarla, necesitaba que ella sintiera su apoyo incondicional, él siempre había buscado protegerla, es por ello que siguió las recomendaciones del médico y no le dijo absolutamente nada para que ella pudiera estar tranquila y así recuperarse por completo.
—mi amor, el día que te pusiste mal, tú estabas junto a tu mamá, no sabemos qué fue lo que pasó realmente, el único que estaba cerca era Stuart, pero yo no me he movido del hospital, así que no he tenido oportunidad de preguntarle nada, lo único que sabemos es que poco después tu madre despertó, y se muere por verte —relató.
—por fin, no puedo creer lo que me cuentas, yo también me muero por verla, ¿será posible que podamos salir del hospital? —Pregunta con mucha insistencia.
—claro que lo haremos, pero te pido que por favor no te alteres, necesitamos seguir las instrucciones del doctor, recuérdalo —.
Las cosas estaban a punto de cambiar en todos los sentidos para Helena, pues no sólo tendría que empezar de nuevo junto a una madre que hasta hacía un tiempo era completamente desconocida para ella, sino que también debía esforzarse por mantener a flote su embarazo y así preservar la vida de sus trillizos.