




Capítulo 63.
Helena seguía tratando de comunicarse con Maximilien, pero por más que el teléfono sonaba y sonaba, no tenía ninguna respuesta, estaba comenzando a desesperarse, también le mandó varios mensajes de texto, pero tampoco los respondió. El mayordomo le llevó un té que le había enviado su abuela Victoria, y tan sólo ver la expresión en su rostro, entendió que algo malo estaba pasando.
—señora Helena, ¿se encuentra usted bien? —Preguntó Bruno intentando ayudarla.
—la verdad es que no, Bruno, estoy muy preocupada por Maximilien, estábamos hablando por teléfono y de repente se cortó la llamada, he intentado volver a comunicarme con él, pero no he obtenido respuesta, y eso no es normal —le explicó.
—tal vez no tiene señal, o se le atravesó algún pendiente de trabajo, si algo malo hubiera pasado ya lo sabríamos —le decía el mayordomo tratando de tranquilizarla.
—Dios quiera que así sea, Bruno, no podría soportar que algo malo le pasara—contestó ella.
—por favor trate de descansar, han sido muchas emociones para un solo día, verá como dentro de un rato el señor Baker se comunica con usted —señaló.
Ella asintió, pero por dentro sabía que le resultaría imposible conciliar el sueño, Maximilien lo era todo para ella, y tan sólo imaginar que algo malo pudiese sucederle, la destrozaba por completo. Necesitaba despejar su mente de pensamientos fatalistas, pero no sabía cómo hacerlo, la opresión en el pecho era como un presagio de qué él no estaba bien.
Maximilien avanzaba a toda velocidad tratando de esquivar al vehículo que le cerraba el paso, por unos segundos logró superarlo en velocidad y fue así que consiguió que no le diera alcance, traía los vidrios obscuros por lo que no podía saber de quién se trataba.
—Matt, me vienen siguiendo, necesito refuerzos de inmediato, avisa al equipo de seguridad —indicó a su fiel asistente.
—no se preocupe señor Baker, los escoltas están cerca, si no lo siguieron fue porque usted nos perdió a propósito, no debe volver a hacer eso, es muy peligroso —lo reprendió.
—luego me regañas todo lo que quieras, Matt, por ahora lo importante es salir de esto —.
Al ver como el cerco de seguridad de los Baker se acercaba, el vehículo que lo estaba persiguiendo desvió el rumbo y se marchó a toda velocidad, algunas de las camionetas que vinieron a auxiliar a Maximilien se fueron tras él, necesitaban averiguar cuáles eran las intenciones de ese sujeto y por órdenes de quién había actuado. Estaba claro que la intención no era matarlo, pues de haberlo querido ya lo hubiesen hecho, tenían todo para poder concretar su objetivo, aun cuando Maximilien no era ningún inexperto, tenía habilidades en artes marciales y era un excelente estratega, sólo que quiso un poco de libertad y se confió no llevándose a su equipo de seguridad con él.
—gracias muchachos, necesito que averigüen qué pretendía ese sujeto, desafortunadamente no pude ver de quién se trataba, pero si me estaba siguiendo no era con ninguna buena intención —expresó Maximilien.
—los chicos están tras él, sólo espero que logren darle alcance —contestó el jefe de seguridad.
—espero que así sea, no podemos bajar la guardia, lamento el inconveniente, no debí irme sin los escoltas, pero bueno, me servirá de lección, buen trabajo muchachos, y ahora vámonos que han sido muchos problemas para un solo día y necesito descansar —.
Helena seguía muy preocupada, en efecto, no podía dormir, al cabo de un rato Maximilien recordó que estaba hablando con ella, y que al cortar la comunicación ella se quedaría muy preocupada, así que decidió llamarla.
—mi amor, ¿estás bien? —Preguntó ella algo alterada.
—estoy bien, preciosa, no te preocupes, perdóname por haberte cortado de esa manera —se disculpó él.
—casi me matas del susto, Maximilien, pero dime, ¿qué fue lo que pasó? —Preguntó ella queriendo averiguar la verdad.
—te lo voy a decir, porque sé perfectamente que no estarás tranquila si no lo hago, lo que menos quiero es preocuparte, mi amor, pero dadas las circunstancias es mejor hablar con la verdad, alguien me venía siguiendo, y por supuesto que no era con buena intención, se nota que no querían asesinarme, pues de haberlo querido así, me tenían al alcance de su mano —relató.
—Volviste escapar de tu equipo de seguridad, no debes exponerte así, amor, por la magnitud de tu trabajo sabes que tienes muchos enemigos, prométeme que no volverás hacer una tontería como esa, no quiero que te pase nada, no lo entiendes —lo reprendió ella.
Una sonora carcajada se escuchó del otro lado de la línea, él sabía que Helena lo conocía a la perfección, y lo de escapar de su equipo de seguridad era algo que acostumbraba a hacer con frecuencia, así que no le extrañaba que ella estuviera al tanto.
—Creo que nadie me conoce mejor que tú, pequeña, pero bueno, te prometo que no volveré a hacerlo, pero que quede claro que lo hago solo por ti —le dijo.
—te mereces unas buenas nalgadas, pareces un niño, Maximilien—.
—Tengo una mejor idea, lástima que estás tan lejos, porque si no, en lugar de nalgadas te pediría que hicieras otra cosa —sugirió en forma pícara.
—eres incorregible, pero por eso me encantas, hablo en serio Maximilien, no vuelvas a exponerte de esa manera, sabes que no podría vivir sin ti —exclamó.
—no volveré hacerlo, mi amor, te lo prometo, pero ya me conoces como soy un ser libre, y estar rodeado de tanta seguridad a veces me abruma, no te preocupes más, estaré bien y viviré mucho tiempo para estar contigo y con nuestros hijos, te extraño, ya quiero verte —agregó.
—sólo espero que mamá se estabilice un poco y que veamos cómo está evolucionando, no quiero dejarla en un estado tan vulnerable, además, tengo un extraño presentimiento, no confío en Bianca, estaba con ella cuando ocurrió lo del episodio que te conté —.
—¿Sospechas que pudo haberle hecho algo? —Preguntó el bastante inquieto.
—no lo sé, amor, pero si hubieras visto cómo se puso cuando el doctor dijo que las visitas estarían restringidas, me darías la razón —.
—entonces debes tener cuidado, Helena , en cuanto solucione este inconveniente voy para allá, no quiero dejarte sola, esa mujer no me da nada de confianza, se ve que van tras el dinero de tus abuelos, y si es así el blanco son tu mamá y tu—comentó preocupado.
—¿Crees que este sea el caso?, se ve que Bianca y su madre son de armas tomar, y que no son personas de buen corazón, ¿pero llegar a estos extremos? —.
—no podemos asegurarlo, pero tampoco voy a arriesgarme a que eso suceda, enviaré seguridad para que esté pendiente de ti —.
—no es necesario, mi amor, aquí estoy segura, tal vez estemos especulando —.
—Está decidido, Helena , no acepto discusión, no me voy a arriesgar a que algo malo te suceda, enviaré a alguien calificado para que se encargue de protegerte a ti y a nuestros hijos, y también a tus abuelos y a tu mamá, quiero que en lo que yo puedo reunirme contigo, todo esté en orden, no dejes de mantenerme informado por favor, cualquier cosa que suceda, quedamos de no ocultarnos nada, recuérdalo —acotó.
—gracias por quererme y cuidarme tanto, te prometo que así será, estaremos en contacto, te amo, y por favor cuídate mucho tú también —.
—yo estaré bien, princesa, te amo, y ahora trata de descansar, han pasado muchas cosas el día de hoy, nos hablamos mañana, sueña conmigo —le dijo y después cortó la comunicación.
Ella emitió un gran suspiro, por lo menos ahora tenía la certeza de que su amado estaba a salvo, pero se quedó pensando en la conversación que habían sostenido, ella sabía que Bianca y su madre eran malas personas, pero no había imaginado que pudieran tener alcances tan peligrosos, por lo que debería estar alerta con ellas. Por otro lado, Diana, Toni y Elena habían quedado de reunirse en un café cercano al edificio donde Toni vivía, pero cambiaron de opinión y optaron por ir a un lujoso restaurante aun cuando sabían que podían llamar mucho la atención si alguien los veía, no obstante, tal parecía que a los tres les gustaba correr peligro.
—vaya, Elena, veo que subiste de nivel —se burló Diana tratando de hacerla sentir mal.
—así es querida, pero también es cierto que todo esto es por su causa, así que lo quieran o no tendrán que ayudarme a salir de este embrollo en el que ustedes me metieron —expuso.
Diana sonrió con la soberbia que le caracterizaba, y la miró con desdén.
—tú por estúpida te metiste en todo esto, ¿cómo pudiste permitir que el viejo te descubriera?, si hubiese sido más inteligente nada de esto estaría pasando, y a estas alturas ya habríamos podido separar a Maximilien de la insignificante de Helena —dijo con toda la petulancia que la caracterizaba.
—¿Insignificante?, Yo más bien creo que es mucho más lista que tú, Diana, y al parecer ella sí pudo lograr lo que tú jamás pudiste conseguir —contestó a propósito.
—cuida tus palabras, mujercita, no te permito que me hables de esa manera —la enfrentó.
—ya basta, cállense las dos, estamos aquí para hacer una alianza, para ver qué hacemos con el viejo Baker, no para que se peleen como verduleras las reprendió Toni.
Ambas asintieron y tomaron sus respectivos lugares, pidieron una botella del más exótico vino de la casa y unas entradas dignas de tres personas adineradas, lo cual por supuesto no era así, pero les gustaba presumir más de lo que tenían.
—sabemos que no era el plan original que te quedarás con el viejo, ¿pero no crees que esto nos pueda servir mucho más? —Preguntó Toni en forma de burla.
—sí claro, como no eres tú quien se tiene que acostar con él, por eso lo dices, ese viejo me repugna, no lo soporto, así que quiero sacarle todo lo que pueda y deshacerme de él —contestó Elena exponiendo sus términos.
—por favor, vienes a darte baños de pureza, cuando todos sabemos de dónde vienes, cariño —intervino Diana.
Elena la miró con ojos desafiantes, se veía el odio que empezaba a tenerle aquella mujer tan soberbia.
—Sigue hablando, y te voy a tirar los dientes, estúpida —dijo con voz suave pero amenazante.
—ya estuvo bueno, Diana, necesitas bajarle tres rayitas a tu intensidad, sino nunca saldremos de esto, ahora la prioridad es deshacernos del viejo, finalmente él es nuestro mayor obstáculo para separar a Maximilien de Helena —añadió.
—de acuerdo, armemos un plan entonces, necesitamos hacer un pacto que nos permita terminar con la existencia de ese ser tan repulsivo y nefasto como lo es Gregory Baker —espetó Diana con un brillo extraño en sus ojos.
—hablas de él como si le tuvieras terror y asco a la vez, no será qué… —Insinuó Elena.
Diana se puso pálida, había una tormenta en sus ojos, pero no podía aceptar ante ellos que algo le había sucedido, se puso pálida, había una tormenta en sus ojos, pero no podía aceptar ante ellos que algo le había sucedido.
—por supuesto que no, y ahora concentrémonos en lo verdaderamente importante en lugar de estar hablando tonterías —responde sin ninguna expresión en su voz.
En otro reservado del restaurante, se encontraban Michael y Karen, ella de inmediato se percató de la presencia de Toni, Diana y Elena, y en ese preciso instante comprendió muchas cosas.
—Michael, debemos salir de aquí, pero discretamente, hay unas personas indeseables que no me gustaría que me vieran —le pidió amablemente al joven que la acompañaba.
—por supuesto, hermosa, lo que tú digas, sólo le pido al camarero la cuenta y nos vamos, es una pena que la velada terminara tan rápido —dijo.
—Podemos continuar la charla en mi departamento —contestó ella de pronto.
Karen se sonrojo, e inmediatamente se reprendió porque no debió haber dicho algo así, no quería que él la malinterpretará, pero era tan impulsiva que siempre expresaba sus deseos en voz alta y eso a la mayoría de las personas no les gustaba.
—lo siento, soy una tonta, no debí haber dicho algo así —expresó bastante apenada.
—me encantaría, pero quiero que te sientas cómoda conmigo, te conozco Karen, sé que eres una buena chica y jamás pensaría mal de ti si eso es lo que te preocupa —contestó el.
—me quitas un gran peso de encima, Michael, entonces te pido que por favor nos vayamos, en el coche te cuento el porqué del cambio de planes—.
Los jóvenes salieron del restaurante cuidándose para que ellos no pudieran verla. esos tres eran muy peligrosos, por lo que Karen tenía que cuidarse, puesto que, si la descubrían, ellos podían ser capaces de lo peor con tal de qué sus planes no se arruinaran.