




Capítulo 50.
El fin de semana llegó y Helena tomó la determinación de dar ese gran paso que había estado postergando, tal vez por miedo, por incertidumbre, o quizá por priorizar a las personas a las que se había aferrado toda su vida, pero como ellas ahora habían desaparecido, ya no había excusas para seguir deteniendo ese momento de la búsqueda. Su padre le había proporcionado los elementos necesarios para encontrar a sus abuelos maternos y posiblemente también a su madre si la suerte la favorecía, así qué se levantó temprano para hablar con Maximilien sobre el asunto.
—Princesa, debiste quedarte en la cama por más tiempo, no la has pasado nada bien en los últimos días, y lo justo sería que busques reponer energía.—Le dijo.
—Te recuerdo que anoche la pasé muy bien, y ese encuentro me dio todas las fuerzas que necesito.—Contestó en forma coqueta.
Tomó su rostro con ambas manos y le dio un efusivo beso en los labios que la dejó sin aliento.
—Conozco ese brillo en tu mirada cuando lo veo, ¿Quieres compartir algo conmigo verdad? —Le preguntó el.
—Me encanta qué me sigas conociendo tan bien como cuando nos casamos la primera vez. —Respondió ella.
—Te llevo tatuada en mi piel como el primer día, y sería imposible olvidarme de cada uno de tus gestos, amor, pero no me cambies el tema, ¿Qué sucede? —Siguió insistiendo.
—He tomado la determinación de reencontrarme con mi familia materna, Maximilien. —Dijo por fin.
—Me parece muy bien, ¿Y cuándo nos vamos? Porque no harás este viaje sin mí, quiero estar presente en cada momento importante de tu vida, te deje sola mucho tiempo debido a mis estupideces, y no pienso hacerlo más. —Agregó.
Ella emitió una gran sonrisa de satisfacción, le gustaba que su compañero de vida, estuviera presente en cada instante, ese tiempo que estuvieron separados, definitivamente había sido un tormento, pero ahora que eran una pareja sólida nuevamente, lo justo sería compartirlo todo.
—Quisiera partir hoy por la tarde para mañana muy temprano estar visitándolos, espero que todo salga bien mi amor, estoy muy nerviosa, no sé con lo que me voy a encontrar, pero tengo que hacerlo.—Añadió.
—No te adelantes, todo saldrá bien ya lo verás, eres maravillosa, pequeña, estarán encantados de verte, de tenerte en su vida, tanto como lo estoy yo.—
—Te amo, guapo, no sé qué haría sin ti.—expresó ella.
El la miró con esos ojos grandes e intensos, con ese azul tan profundo como el del mar que tanto la cautivaba y después la rodeo con sus brazos para infundirle las fortalezas que en ese momento le hacía tanta falta.
—No te preocupes, todo estará dispuesto para que nos vayamos en la tarde, sólo iré a la oficina a finiquitar unos asuntos y regreso para acompañarte en el viaje.—
—Ve tranquilo, te espero para que nos vayamos juntos, y otra vez muchas gracias.—Manifestó.
Ella comenzó a prepararlo todo, estaba sumamente nerviosa por ese gran paso tan importante que daría, pues como todo en la vida, seguramente se encontraría con dificultades, eso aunado a lo complicado que resultaría todo si su madre hubiese fallecido a raíz de su enfermedad. Maximilien llegó a la empresa y por supuesto, Elena no perdió tiempo para lanzarse con todo, después de la advertencia que había recibido por parte de Toni y Diana, debía actuar con rapidez, se acercó y lo devoró con la mirada, haciendo que Maximilien se pusiera nervioso.
—Buenos días señor Baker, ¿Quiere que le lleve su café?—Lo abordó Elena.
—Prefiero que lo haga Rachel, ella sabe cómo lo tomo.—Contestó secamente.
—Lo toma negro, no le gusta el azúcar, lo prefiere así porque considera que de esa manera se puede saborear mucho más el café.—Le dijo sorprendiéndolo.
—Veo que se ha informado muy bien, señorita Elena, la felicito.—Contestó tratando de ser amable.
—Gracias señor Baker, entonces en un momento le llevo su café, su asistente en este momento está ocupada, así que no me cuesta nada apoyarla con esto.—
El asintió y se marchó a la oficina, dejando a Elena con una sonrisa de satisfacción por haber dado en el blanco aunque fuera en un tema tan trivial como ese.
A lo lejos se encontraba Karen, observando la escena y por supuesto no perdió tiempo, así que decidió adelantarse a la jugada de la que para sus ojos era una trepadora.
—¿Adónde llevas ese café?, Si se lo llevas al señor Baker, yo misma puedo hacerlo, tengo unos diseños que mostrarle, así que no me cuesta ningún trabajo.—Soltó Karen con toda la intención de estropearle sus planes de estar cerca de él.
—¿Por qué siempre tienes que meterte donde no te llaman?, Ocúpate de tus asuntos y no te metas conmigo.—Espetó la mujer completamente indignada.
—Yo me meto donde se me da la gana, y la que debe tener cuidado eres tú, no vaya ser que te despidan por andar de ofrecida, ay, lo siento —Le dijo mientras movía la mesa para derramar el café.
Elena emitió un grito pues el agua caliente la había quemado y empezó a soltarle una serie de improperios.
—Mujercita estúpida, esto me lo vas a pagar, te lo juro.—La amenazó.
—Mira como tiemblo, anda, ve a acusarme para ver quién sale perdiendo.—Le dijo mientras se marchaba muerta de la risa.
Karen tocó la puerta de la oficina de Maximilien y al escuchar la señal ingresó con una sonrisa de oreja a oreja que él detectó inmediatamente.
—Conociéndote, seguramente acabas de hacer una de las tuyas Karen.—Le dijo.
—Algo así cuñadito, acabo de poner en su lugar a la trepadora de Elena, que tenía todas las intenciones de traerte un café negro tal como te gusta, pero lo derramé para que no lo hiciera, ten cuidado, Maximilien, esa mujer no tiene buenas intenciones, y créeme que te puede causar grandes problemas con Helena , ella es muy buena, pero esa mujer quiere algo contigo.—Advirtió.
—No sé qué sea exactamente lo que se proponga, pero conmigo no va a conseguir nada.—Le dijo.
—Tú eres hombre, Maximilien, y debido a tu posición eres un buen partido, sólo que además de eso, siento que esa mujer busca algo más.—
—La única mujer que me interesa es Helena , sólo ella, y si nadie tuvo oportunidad en el pasado, ahora mucho menos, muéstrame los diseños que trajiste por favor, debo irme temprano, Helena por fin se ha decidido a ir a buscar a su familia materna.—Relató.
—Aquí te los dejo, piensa muy bien lo que te dije, yo nunca me equivoco con las personas, por lo regular las mujeres tenemos un sexto sentido que nos avisa de esas cosas, voy a llamar a mi amiga para felicitarla por esa gran decisión, con permiso y muy buena suerte en el viaje.—
Se despidió.
Karen empezó a marcar el número de Helena , y aprovechó que Elena estaba cerca para empezar a hablar.
—Amiga, me acaba de decir tu marido que se irán de viaje, espero que lo aprovechen como una segunda luna de miel, se merecen estar solitos.—Exclamó fuertemente para que la escuchara.
El rostro de Elena se contrajo, pues con ese viaje sus planes seguían retrasándose y eso para nada le convenía.
—¿De qué hablas loquita, si nos vamos de viaje es por cuestión familiar, no entiendo porque dijiste eso.—Contestó Eliza bastante sorprendida.
—Pues obviamente porque tenía a la arpía de Elena frente a mí y quería que se muriera de rabia al ver que no estaba consiguiendo sus perversos planes.—Le informó.
—¿Esa mujer sigue haciendo cosas?—Preguntó ella preocupándose.
—Es mi deber decírtelo, esa mujer se muere por tu marido y te aseguro que hará todo lo que esté en sus manos para llevárselo a la cama, así que te recomiendo que estés mucho más pendiente.—Soltó sin más.
—No te preocupes amiga, gracias por decírmelo, pero te aseguro que no hay nada que temer, confío en lo que tenemos Maximilien y yo, y ninguna mujer va a venir a estropearlo, pero de cualquier manera tomaré cartas en el asunto, sólo que ahorita tengo cosas muy importantes en qué pensar.—Respondió.
—Que todo te vaya muy bien amiga, espero que encuentres lo que tu corazón está buscando.—Añadió Karen.
—Agradezco tus buenos deseos, y de todo corazón yo también espero que así sea, ya me hace falta un poco de felicidad también en ese aspecto.—
Las chicas cortaron la comunicación, y dentro de un rato Maximilien había llegado a la casa y dentro de poco abordaron su avión privado para dar comienzo al viaje que seguro le cambiaría la vida para siempre.
—¿Cómo te sientes?, ¿Estás nerviosa?—Preguntó el interesándose.
—Estoy bastante nerviosa, amor mío, abrázame, necesito tranquilizarme porque no sabemos lo que me espera en esta nueva etapa de mi vida.—Exclamó.
—Pase lo que pase, lo enfrentaremos juntos, ya lo sabes, no estás sola, me tienes a mí y a nuestro bebé, a mucha gente que lo daríamos todo por tí, así que cambia esa carita y trata de descansar, todavía faltan varias horas para que lleguemos.—Indicó.
Esas horas sin duda serían eternas para Helena , tenía muchos sentimientos encontrados, toda la vida pensó que su familia eran sus padres y su hermana, y ahora venir a enterarse que además tiene unos abuelos maternos, y si todo salía bien, también una verdadera madre a la que nunca conoció, era un cúmulo de emociones y esas horas se tornarían muy largas hasta llegar al encuentro con esta nueva realidad. Elena no perdió tiempo, inmediatamente fue a buscar el teléfono para comunicarse con Tony y avisarle acerca del viaje inesperado que harían Helena y Maximilien
—Una mala noticia, Tony, el bombón se va de viaje con su mujercita y eso retrasa nuestros planes. —Le informó.
—Maldita sea, esa relación tiene más vidas que un gato, ¿Sabes con qué fin salen de viaje? —Preguntó expectante.
—La insoportable de Karen dijo que se trataba de un viaje de segunda luna de miel, pero no lo creo, debe haber otra cosa detrás de ese viaje.—Supuso.
—Trata de averiguarlo, necesitamos atacar por todos los flancos, recuérdalo.—Ordenó.
—Veo difícil averiguar lo que quieres, nadie me tiene confianza, y la única que lo sabe es Karen, y jamás me lo diría, esa mujer sólo abre la boca para fastidiar, se está convirtiendo en una molestia, al parecer ya se dio cuenta de mis intenciones y hace todo lo posible porque no logre ninguno de mis planes con Maximilien.—Espetó.
—Creo que tenemos que hacer algo al respecto, lo tengo, tal vez buscarle un pretendiente a esa mosca muerta, para tenerla alejada y distraída en otras cosas.—Agregó con toda mala intención.
—Me parece una gran idea, así no anda metiendo sus narices donde no la llaman.—
—Por ahora no hay mucho que podamos hacer, deja que hagan el viaje, solo espero que no se tarden, pero quiero que vayas pensando en estrategias mucho más infalibles para que esa relación se termine cuanto antes.—Dijo y después cortó la comunicación.
Las cosas se pondrán mucho más difíciles, Helena y Maximilien no hacen más que buscar su felicidad, pero pareciera que tienen el mundo en contra para poder concretarla, sus enemigos no se detendrán hasta desestabilizarlos, por lo que será preciso que ellos permanezcan unidos, porque lo que les espera no será algo fácil de sortear.