




Capítulo 37.
Karen se había levantado temprano para ir a trabajar a la empresa, todo parecía marchar con normalidad, hasta que navegando en su teléfono vio la fotografía de la que todos estaban hablando, en ella aparecía Maximilien abrazando a Diana, se veían muy enamorados, sin pensarlo, abrió el artículo y comenzó a leer todo lo que se había publicado.
—¿Qué es todo esto?, Tengo que llamar a mi amiga, seguramente me necesita, pobre Helena , mira qué venir a pasar estas cosas precisamente ahora que se fue de viaje, espero que Maximilien no esté jugando con ella.—Pensó Karen al ver la fotografía.
El teléfono comenzó a sonar, Maximilien se despertó temprano y decidió llevarse el teléfono de Helena para evitar que alguien pudiera llamarla o contárselo, o simplemente descubrirlo ya que la fotografía estaba por todos lados. Vio que se trataba de Karen y deslizó la pantalla para contestar.
—Amiga, qué bueno que me contestas, espero que la estés pasando muy bien en tu viaje y que aproveches muy bien el tiempo con ese bombón que tienes por esposo.—Dijo sin saber que era Maximilien quién le había contestado.
—Créeme que si lo está aprovechando muy bien, y gracias por lo que me toca en el comentario que acabas de hacer, sé que quieres mucho a Helena y lo dices de corazón.—Contestó el bastante divertido por las ocurrencias de la joven.
—Ay, Maximilien, ¿Qué haces con el teléfono de mi amiga?, Por poco me da un infarto cuando escuché tu voz, y olvida todo lo que acabo de decir.—Dijo tratando de remediar semejante bochorno.
—Despreocúpate, está olvidado, no puedo pasarte con Helena ahora, no está aquí conmigo.—
Karen pensó por un momento y se le hacía muy raro que él tuviera el teléfono de Helena , recordó la publicación y no perdió la oportunidad para preguntarle al respecto, no quería ver a su amiga sufrir, y se encargaría de decírselo ella misma, le advertiría que no estás sola, después de todo Karen siempre ha sido una buena amiga dispuesta a darlo todo por ella en las buenas y malas.
—Ahora entiendo porque me contestaste tú, no quieres que Helena vea las publicaciones que andan circulando por todos lados.—Dijo ella de repente.
—Así es Karen, no quiero que las vea. Helena está embarazada y esas publicaciones no son más que chismes malintencionados de personas sin escrúpulos.—contestó.
—¿Entonces no es cierto lo que dicen?—Lo cuestionó la chica.
—Claro que no lo es, amo Helena y lo sabes, después de todo lo que tuvimos que hacer para estar juntos, sería un imbécil si hiciera algo como eso que dicen en la revista, además Diana no me interesa.—Agregó.
—Seguramente fue ella quien filtró las fotografías y le dio la información a la prensa para separarlos, esa mujer odia a Helena , no puedes permitir que le haga daño, porque si lo intenta, te juro que le saco los ojos Maximilien.—espetó Karen.
—Yo también creo que Diana lo hizo, pero no le voy a permitir que se salga con la suya,, ya estuvimos bastante tiempo separados por culpa de ese maldito de Tony, no voy a dejar que vuelva a suceder lo mismo, y mucho menos por una mentira como esa.—Exclamó.
—Pues entonces te recomiendo que te lleves a Helena lejos del alcance de esas publicaciones, un viaje en yate tal vez.—Aconsejó la joven.
—Te agradezco el consejo Karen, y no te preocupes por Helena , mientras ella esté conmigo nadie podrá hacerle daño, que estés bien.—Contestó Maximilien y luego cortó la llamada.
Dentro de poco tiempo, el investigador privado que había contratado, le había hecho un recuento de las actividades más recientes de Ana y Clarissa y le envió algunas imágenes junto a su nueva conquista, a Ana no le quedaba ningún indicio de haber estado enamorada de Billy, lo cual lo aliviaba profundamente, ya que su hermano no era una buena influencia para nadie, no obstante, el hombre que aparecía junto a Ana, parecía mucho más grande, así que le pediría al investigador que hiciera todas las averiguaciones correspondientes sobre el tipo en cuestión. Por otro lado, era el primer día de Elena en la oficina, y como era de esperarse, llegó haciendo gala de su acostumbrada coquetería, tenía a los hombres embobados debido a su belleza y a esa forma tan empalagosa, Karen también acababa de llegar, así que se cruzó con ella antes de ir al departamento de diseño.
—Disculpa, ¿Trabajas aquí?—Preguntó Karen intentando averiguar de quién se trataba.
—Así es, linda, hoy es mi primer día.—contestó Elena en forma presuntuosa.
—Ya veo, soy Karen, la mejor amiga de la esposa del dueño de esta compañía.—Le soltó a propósito.
—Tenía entendido que el señor Baker era un hombre divorciado, y que no había vuelto a casarse desde entonces.—Enfatizó Elena.
—Mira, veo que estás muy bien informada sobre Maximilien, pero le falta un pequeño detalle a esa investigación que hiciste, y yo te lo voy a decir, el señor Baker, está comprometido y muy pronto se va a casar con la señora Helena Andrews, y por si fuera poco, esperan un bebé y están muy felices, ahora mismo están de viaje, te lo cuento por si tenías algún otro interés oculto, linda.—Agregó tratando de ahuyentarla a leer entre líneas sus verdaderas intenciones.
Elena se despidió con una sonrisa fingida, tenía muy claro que el reto dentro de esa empresa no sería nada sencillo de afrontar y ahora lo había comprobado al conocer a Karen, que al parecer sería uno de los principales obstáculos en la misión que Tony le había encomendado. Se fue a su escritorio y tomó su teléfono móvil para enviarle un mensaje a Tony e informarle cómo había empezado todo.
—Ya estoy en la empresa y me encontré con que la tal Helena tiene una gran defensora dentro de la compañía, creo que se llama Karen, ¿La conoces?—Escribió Elena.
Tony vio la pantalla de su celular y ansioso se dispuso a leer lo que su espía le había escrito.
—Me agrada que ya estés ahí, y por supuesto que conozco a Karen, es bastante entrometida, así que debes tener cuidado con ella, es muy perspicaz.—Añadió Tony.
—Despreocúpate, esas mujercitas son mi especialidad, así que yo sabré cómo lidiar con ella.—Puntualizó.
—Karen no es tonta, y seguro ya empezó a sospechar de ti, así que debes cuidarte las espaldas si quieres lograr tu cometido.—Le aconsejó.
—Soy una profesional Tony, recuérdalo, y ahora te dejo, no quiero descuidar mi trabajo y menos en el primer día, te mantengo informado.—Se despidió.
Estos malvados tenían muy bien trazado el plan de acción, y Elena tendría oportunidad de estudiar muy bien el terreno en el que se desenvolvería antes de que su objetivo llegara. Karen no se quedó tranquila después de haber tenido esa conversación con Elena, así que fue directamente a la oficina de Rachel, la asistente de Maximilien para preguntarle sobre la recién llegada, Rachel simpatizaba con Karen, así que podría preguntárselo sin ningún inconveniente.
—Hola Rachel, vine a verte porque ya no aguanto la curiosidad, quiero saber quién es esa tipa con pinta de Miss Universo llamada Elena.—Preguntó sin reparos.
—Así que ya la conociste, parece que viene bien recomendada, la trajo personalmente el director de recursos humanos.—Relató la asistente.
—Entiendo, pero si te soy honesta, no me da buena espina, y siento que algo se trae entre manos, así que te aconsejo que la tengas bien vigilada.—
—Yo también ya me había dado cuenta, voy a averiguar quien la recomendó, pero de cualquier forma tendré mucho cuidado.—Respondió la elegante mujer.
Karen se despidió, pero le quedó una gran inquietud respecto a esa misteriosa mujer, la acababa de conocer y desde el principio sintió algo extraño con respecto a ella.