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El trayecto hasta la manada fue silencioso.

El trayecto hasta la manada fue silencioso. Garm, en su forma de lobo blanco, lideraba el camino, y yo lo seguía, mi corazón latiendo al compás de los pasos que nos llevaban al encuentro de aquellos que, en algún momento, había llamado familia.

A medida que nos acercábamos, mi estómago se revolvía ...