Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 30

La noche avanzaba, y el silencio entre nosotros se sentía más como un refugio que como un vacío. Enzo seguía recostado contra mi vientre, sus dedos trazando suaves círculos en mi piel. Había algo en su expresión, una mezcla de paz y vulnerabilidad que rara vez permitía mostrar.

—¿Qué estás pensando...