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Capítulo 21.

Zoé no pudo articular ninguna palabra, pero su rostro ardió de la vergüenza.

Se levantó con rapidez de ese lugar, pues recordó haberse quedado dormida sobre el mueble, no sobre su jefe, como era el caso.

__ Lamento eos. Creo que me caí. - se rió apenada. El cuerpo de su jefe era un distractor muy ...