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Capítulo 56 ¡La encontramos!

Víctor llamaba insistentemente a su jefe. Federico no contestaba: estaba en la ducha y el celular sonaba en la habitación.

—¡Vamos, jefe, atienda! —gritó desesperado.

Federico no escuchaba nada.

—¡Por Dios santo! —dijo Víctor, saliendo apurado y tomando el auto de la empresa—. ¡Lo único que me fa...