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Capítulo 43 Demasiados interrogantes

El sonido del celular la despertó. Atendió aún medio dormida.

—¿H…ho…hola? —dijo sin mirarlo.

—¿Aún duermes? Veo que los aires marítimos te hacen bien. —La voz de Alfonso sonaba alegre y tranquila.

Se incorporó un poco. Tenía su largo cabello enmarañado y los ojos hinchados.

—¡Oh, sí! Dormí muy ...